
Micoplasmosis hemotrófica (hemobartonelosis) en gatos
Las bacterias micoplasma son la causa más común de infecciones del tracto urinario y neumonía. Son una clase de parásito bacteriano perteneciente al orden de los Mollicutes. Estos parásitos carecen de paredes celulares verdaderas y son capaces de sobrevivir sin oxígeno, lo que los hace resistentes a los antibióticos y, por lo tanto, un desafío mayor para detectar y tratar.
La micoplasmosis hemotrófica es una infección de los glóbulos rojos por micoplasma. Puede ser M. haemofelis, la forma más grave que afecta a los gatos, o M. haemominutum, la forma menos grave. Esta enfermedad también se puede denominar hemobartonelosis o anemia infecciosa felina, aunque el término médico preferido es micoplasmos hemotróficos. Mientras que algunos gatos no muestran síntomas de infección, otros pueden mostrar síntomas menores de anemia, y otros pueden perder toda su energía y morir.
Síntomas y tipos
El 50 por ciento de los infectados tendrá fiebre repentina.
Depresión
Debilidad
Falta de apetito
Encías blanquecinas a pálidas púrpura
Bazo agrandado (esplenomegalia)
Icterus (ictericia)
Causas
La bacteria micoplasma se transmite principalmente por garrapatas y pulgas que se han alimentado de otros animales infectados. También se propaga a los gatitos a través de una reina infectada (madre); de peleas entre animales (intercambio de fluidos corporales); y raramente, de una transfusión de sangre, donde la sangre infectada de un animal se transfunde a un animal no infectado.
Mycoplasma haemofelis (previamente clasificada como la forma grande de Haemobartonella felis) y M. haemominutum (previamente clasificada como la forma pequeña de H. felis) son los dos tipos de mollicutes que causan esta condición.
Diagnóstico
Su veterinario realizará un examen físico completo en su gato, teniendo en cuenta el historial de los síntomas y los posibles incidentes que podrían haber precipitado esta condición. Tendrá que dar una historia completa de la salud de su gato y las actividades recientes. Se realizará un perfil químico completo de la sangre, incluido un perfil químico de la sangre, un hemograma completo, un análisis de orina y un frotis de sangre. El frotis de sangre se teñirá para identificar los micoplasmas en la sangre. Su veterinario también puede usar una prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) o una prueba de Coombs para identificar positivamente la presencia de micoplasmas.